*En la Sierra del Totonacapan, en el municipio de Filomeno Mata, el xalakzú un ritual para conmemorar la vida nueva o el paso al plano espiritual
Édgar Escamilla
Filomeno Mata, Ver.- Un grupo de mujeres ataviadas con su vestimenta tradicional se reúnen al interior de la vieja casa de piedra, el olor del incienso inunda la habitación. La música comienza a sonar y con ello un ritual de 24 sones para conmemorar la vida nueva o el paso al plano espiritual, se trata de la xalakzú o danza de las abuelas.
En lo más alto de la Sierra del Totonacapan, en el límite con estado de Puebla, se ubica el municipio de Filomeno Mata. Sobre las escarpadas laderas de los cerros se erigen las viviendas, muchas de ellas aún de piedra extraída en ese mismo sitio, y aunque la mayoría ha cambiado los viejos tejados por techos de lámina o losa, aún conservan su esencia vernácula.
Al haberse trasladado a lo alto de la Sierra, los totonacas de Filomento Mata, antes llamado Mextitlán, desarrollaron manifestaciones culturales distintas a los del resto de la etnia. La propia indumentaria de las mujeres difiere de la que se usa en Papantla.
Una de las danzas tradicionales que se ejecutan en este lugar es la xalakzú o danza de las abuelas, un ritual en el que participan doce señoras de edad avanzada, de entre 70 y 80 años; las de mayor experiencia en la comunidad.
Juan Ramos Santiago, ex danzante y actual director de cultura en el Ayuntamiento local, refiere que este ritual se realiza en dos ocasiones trascendentales en la familia: al momento del nacimiento o en los cabo de año de un difunto.
“Lo realizan donde nace un niño, ahí hacen el levantamiento, la señora tarda 6 días en la cama y hace un convivio, las señores bailan doce sones a la derecha y doce a la izquierda, también en el cabo de año de muerto”.
Las doce abuelas agradecen al creador por el nacimiento de un nuevo ser, es un complemento para satisfacer a la señora que dio a luz y forma parte de la medicina tradicional totonaca.